Animales, helados y burbujas dejaron huella en el corazón de un Jardín lleno de colores.
Un día soleado luego de una noche lluviosa los 59 niños del Jardín Infantil Arcoíris de Ilusiones conocían por primera vez el zoológico Santa Fe Medellín. Con una gran sonrisa subieron a los buses que los llevaría de paseo a conocer uno de los animales más hermosos e imponentes del mundo, el león.
Valeria una niña de 4 años fue en busca de esta criatura, pues le tiene su mayor admiración y respeto a este ser. Sin dudarlo le dijo a su acompañante ¡es el mejor día del niño que he tenido!
Estos pequeños en compañía de sus padres dejaron la rueda infantil por las huellas de un uso dibujadas en un sendero, el cepillado luego de comer por una boca embarrada de chocolate y vainilla, el salón donde pasaban a diario sus actividades educativas por los letreros que informaban sobre el nombre, la comida y los hábitos de cada animal.
Uno de los padres grabó en su cámara de video cada momento que su pequeño de tan solo 18 meses vivió en este lugar. Su cámara presentó dificultades y no dudo en pedir ayuda a la fotógrafa que los acompañaba en el recorrido para no perderse ni una travesura, en la cual quedó grabado el momento en el que se cayó la paleta a su niño y la tomo de nuevo para seguir disfrutándola y no solo eso., algo especial sucedió en los ojos de los demás acompañantes cuando con ternura abrazó a dos de sus compañeras de jardín quienes eran 3 años mayor que él.
Rostros felices llevaron a crear lazos de amistad como el que se creó entre Valeria y Fernanda, dos niñas de 4 y 5 años que interactuaron en el sendero del oso. Vale tenía un tubo de agua enjabonada que le regalo su acompañante, una desconocida para ella pero que en poco tiempo se convirtió en una tutora responsable.
Entre las dos se turnaban ese tubo haciendo burbujas por todo el zoológico. Juntas se trepaban en los muros dispuestas a observar a los animales por medio de una ventana de cristal.
Dos mundos pequeños que se unieron en el zoológico para seguir compartiendo en los descansos del Jardín Infantil. Esa mona y aquella negra de trenzas quedaron encantadas al ver al león dormido con su gran melena a pocos metros de ellas. No dudaron en llamar la atención del león con un leve toc, toc, toc en el vidrio de su recinto, claro, una acción fallida con este animal que se propuso a descansar sin interrupción.
Al medio día su almuerzo se vio interrumpido por una actividad sorpresa donde se premió la atención de los niños en el recorrido. Animales de peluche fueron los obsequios que se entregaron por decir características del animal que más llamó su atención, la comida que consumían, su hábitat, entre otras cuestiones que permitieron impactos representativos en cada pequeño y que con esto posiblemente jamás olvidaran esta hermosa salvaje experiencia.